Román Larrodé - Fotógrafos de boda
Fotógrafo especializado en reportajes de bodas.
De pequeño ya decidí que de mayor estaría donde estoy ahora (entre fotógrafos de boda). Y aun hoy, soy aquel niño, que en lugar de jugar al fútbol en los recreos, hacía aviones de papel y dibujaba pájaros y mariposas para los compañeros que hacían cola, esperando su turno para llevarse el suyo.
Hoy hago lo mismo: Los fotógrafos de boda hacemos las risas y lágrimas que despiertan el niño interior de las personas. Siento que sigo pintando esas pequeñas cosas que construyen parte de la felicidad de los demás. Eso me hace feliz.
Soy sensible; a veces demasiado… o no. Pienso que es algo natural en todos los fotógrafos de boda (ojalá lo fuese).
Antes que fotógrafo de bodas, soy persona.
A menudo nos identificamos tanto con nuestra profesión, que olvidamos todo lo que hay tras el uniforme.
Soy padre; eso es parte de un aprendizaje que dura toda una vida. Soy hermano, soy amigo, soy amante, soy vecino… Soy todo lo que pienso y eso también me gusta. Pero al final siento que para saber lo que soy, tan solo tengo que mirarme en los ojos de los que me miran.
Quizás por eso elegí ser fotógrafo de bodas; para reconocerme en vuestras emociones y que seáis vosotros los que me enseñéis quien soy.
La fotografía es mi pasión.
He convertido la fotografía en mi forma de recordar la vida.
Cuando veo algo que quiero retener en mi memoria lo «capturo» con mi cámara. Ahora atrapo mariposas sin causarles daño y su belleza no se deteriora con el paso del tiempo en las urnas de cristal. Los paisajes cambian a cada minuto que pasa, pero «congelo» el instante y lo revivo cada vez que vuelvo a mirar la foto.
Eso es lo que hago para vosotros; ahora sois aquellos niños que esperan que les dibuje su mariposa.
Soy fotógrafo de bodas para «dibujar» vuestros momentos con mis pinturas, y que eternamente volváis a sentir las emociones que vivisteis.
Feeling
Decidí ser fotógrafo a los ocho años y dos décadas después “Los puentes de Madison” sembraron en mí la decisión de vivir enamorado; Eso a lo que llaman “construir Castillos en el aire.”
Estoy encantado de que estés viendo mi trabajo y espero que lo vivas y lo ames.
He trabajado muchos años en modalidades como Estudio, Moda, Deportes, Fotografía infantil… y aunque a petición de algunos clientes sigo haciendo algunas sesiones de bebés y familia, sé que mi corazón está puesto en los Reportajes de bodas y parejas. La razón es bien sencilla: en ninguna otra especialidad se trabaja tanto con el amor.
Mi propósito; que mi cámara y yo estemos en un universo y vosotros en el vuestro. Para hacer una buena fotografía hace falta una cámara, pero sobre todo hace falta sensibilidad, anticipación, y mucho corazón.
Vivo y amo cada reportaje como si fuese el único. Mi trabajo empieza con mi relación con vosotros en cada entrevista, cada reportaje, y sigue con el tratamiento posterior de cada imagen para darle la máxima belleza. Sé que deseas lo mejor y yo nunca me rindo hasta conseguirlo.
Sólo hago la única boda que puedo fotografiar en un día; la vuestra. Mi trabajo exige una entrega literal de cuerpo y alma. Moverse con agilidad y saber estar en el lugar adecuado, antes incluso de que sucedan las cosas.
Gracias otra vez y mi deseo de conoceros y aportar mi grano de arena en vuestro gran proyecto.