¿Está el fotógrafo de bodas en peligro de extinción?

¿Podría la evolución de la fotografía poner al fotógrafo de bodas en peligro de extinción?

En la actualidad hay varios factores que podrían poner al fotógrafo de bodas en peligro de extinción. Para entender esto habría que empezar por preguntarse;

¿Qué es un fotógrafo de bodas?

Imagen de fotos de bodas con estilo de Román Larrodé - Fotógrafo de bodas en Madrid

Un fotógrafo de bodas, es un profesional cualificado para realizar con éxito este tipo de reportajes en particular.

Si me dedico a la fotografía de estudio, deportiva, publicitaria, etc, y ocasionalmente me surge la posibilidad de realizar un reportaje de boda, eso no me hace fotógrafo de bodas.

Tener un equipo de fotografía supermegafantástico y anunciarme por si alguien quiere contratarme para hacer las fotos de su boda, no me convierte en un fotógrafo de bodas.
Tener una empresa en la que contrato a otros fotógrafos para realizar los reportajes que vendo como míos, no me cualifica como fotógrafo de bodas profesional.
Dedicarme profesionalmente a cualquier otra cosa y que me contraten en una empresa para realizar ocasionalmente fotos de boda, no me convierte en un fotógrafo de bodas.
Cada vez que se da alguna de estas situaciones, se pone al verdadero fotógrafo de bodas en peligro de extinción.

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Hace tiempo, las diferencias entre un fotógrafo profesional y el resto de los mortales, eran tan evidentes, que pocos cuestionaban la capacidad del fotógrafo para realizar trabajos que marcaban una gran diferencia. Hoy, la tecnología está al alcance de todos y los medios para parecer un fotógrafo son accesibles por un puñado de euros. Cualquiera que busque un fotógrafo de bodas, tiene a mano una oferta abrumadoramente amplia de posibles candidatos a realizar el reportaje de sus sueños.

Entonces, el verdadero y genuino fotógrafo de bodas, queda difuminado entre la marabunta. Y si no sabemos distinguirle, tendremos al fotógrafo de bodas en peligro de extinción. Así de fácil!

fotografos-bodas-valladolid

Imagina que tienes un problema de salud de tipo cutáneo. Te planteas acudir a un dermatólogo y buscas entre diferentes opciones. Se anuncia uno que, sospechosamente, ofrece sus servicios por la cuarta parte del precio habitual. Esto le es posible porque no ha tenido que pagar una formación; Por lo tanto no tiene títulos que acrediten su profesionalidad.
Te deslumbra con medios técnicos que no sabe manejar por falta de tiempo, ya que es taxista y las jornadas no le dan para más. Además invierte en publicidad todo lo que podría dedicar a ser un buen dermatólogo.

Lo importante es la apariencia.

Después, tienes al que se dedica en cuerpo y alma a su profesión y va acumulando éxitos merecidos. Debido a todo lo que invierte en ser mejor y poder curarte, es el que más cobra. Todos los años acude a congresos de dermatología para estar a la última y le cuesta una pasta. Todos los días dedica unas horas a mejorar su dominio sobre el material con el que trabaja.

Y ahora tienes que decidir, a cual de los dos escoges para sanar tu problema de salud.

Los clientes decidirán si perdura o desaparece el fotógrafo de bodas.

Fotógrafo de bodas civiles y románticas

Después, tienes al que se dedica en cuerpo y alma a su profesión y va acumulando éxitos merecidos. Debido a todo lo que invierte en ser mejor y poder curarte, es el que más cobra. Todos los años acude a congresos de dermatología para estar a la última y le cuesta una pasta. Todos los días dedica unas horas a mejorar su dominio sobre el material con el que trabaja.

Y ahora tienes que decidir, a cual de los dos escoges para sanar tu problema de salud.

Tú eliges si poner al fotógrafo de bodas en peligro de extinción o hacer que los buenos profesionales perduren. En ti está la decisión de invertir en unos recuerdos de calidad, o malgastar tu dinero en unas fotos que podría hacer cualquiera.