Los reportajes de postbodas con un toque de magia
Reportajes de postbodas.
Creados para soñar.
Hay una deferencia fundamental entre los reportajes de postbodas y los que realizamos el mismo día de la boda: Las prisas. La sesión de postboda es para disfrutar sin las presiones lógicas en el día de la boda. Me encanta además que salgáis un poco de la «zona de confort» y de repente me digáis «Román, hemos pensado que nos apetece ir a Las Islas Canarias, la costa de Levante, París, Londres…» ¿Porqué no? ¿donde están los límites?
Y también…
En este tipo de reportaje, no sólo le daréis un último y más que digno uso al vestido de novia (siempre será mejor que ver como se añeja en un armario), también enriqueceréis aun más vuestro álbum de boda.
Siempre pongo «toda la carne en el asador» cuando se trata de mi trabajo. ¿Pero, a quién le amarga un dulce? Tener la oportunidad de preparar con tiempo cada captura es un lujo que nunca menosprecio. Elegir un amanecer en Cabo de Gata. Preparar una sesión de rompeolas en el Cantábrico. Esperar a que la luz sea la más favorable para la fotografía al pie de la Torre Eiffel…
Los reportajes de postbodas son por tanto el colofón que cierra un importantísimo capítulo: Vuestra boda.